Esta nueva entrega intenta ser un eco de fantasía de aquellos momentos donde la escritura era más constante, menos académica, mucho más libre. Dos escritos cortos y una pequeña reseña musical, una primera exploración genealógica para reparar mi interior, con Clío de la mano.
CITA
(sin fecha precisa, aparece en mi libreta de anotaciones entre un escrito de mayo de 2003 y otro escrito de julio del mismo año)
Puede ser al final del arco iris,
Junto a la pila de monedas de oro,
O bien al comiendo de la vía láctea.
También a la orilla del río,
Un río de cerveza,
Con una suave música de fondo
Que dure dos minutos
Debajo de un árbol,
Al lado de un lago verde,
O si prefieres en la nada.
Debajo de la lluvia tenue de abril,
O si prefieres
En la tierra de nunca jamás
A la hora en que el sol se esconde,
Y la luna mengue,
A esa hora convendría la cita.
Y esta vez no habría incómodos testigos, ni gentes de nuestro trato, ni nada distinto a lo que antes te dije. Al contrario, estaría allí la soledad necesaria, el indispensable desamparo.
Otros lugares habría y muy diversas circunstancias, pero al cabo es en nosotras donde sucede el cuento y de nada sirve prepararlo ni esperarlo.
(sin fecha, aparece en medio de un escrito de julio de 2005 y uno de abril de 2006)
(…)
Es entonces que se me antoja recomendarte
Que no te convenzas de nada,
Duda de todo, asómbrate de la lluvia,
Escucha tus silencios, existe hoy y piensa mañana
Dejando los afanes del tiempo para el café de las 5:00 pm.
No hay comentarios:
Publicar un comentario