martes, 7 de febrero de 2012

Entrevista con una rugbier: retratos internos de una pilar!


Esta noche nos convocan las letras y la inspiración de Annie Rodríguez. Estudiante de Licenciatura en Historia y jugadora de rugby del Club Máratas Rugby Femenino. Sus letras son trinchera. Ella ha escrito respondiendo al llamado de la manada; en la dicha de la pertenencia hacemos pública su inspiración, intentando provocar pasión. Aquel sentimiento que se vuelve esquivo para ciertas cosas de la vida normal, y que para estos casos de aventuras estridentes en una cancha cualquiera, llega con el rugby para trastocar la normalidad.  


¿Por qué el Rugby?

Interesante cuestionamiento, lo cual conlleva a una interesante respuesta.

Soy una campesina educada con los mejores valores y principios que mis padres me han podido brindar; aunque mi experiencia en el campo fue corta hizo que mi perspectiva actual de la vida cobrara gran significado. Al llegar a la ciudad nací de nuevo a los 10 años, todo cuanto sabía y creía cambio de forma drástica para siempre, todos esos valores y principios que a punta de rejo había interiorizado se vieron violentados y marginados por esta jungla de cemento. Al conocer el Rugby, sus principios, su espíritu, sus valores, sus reglas, recordé que si hay cosas malas, también hay cosas buenas, que si hay uno, hay dos, sobre todo ahora sé que si hay Rugby hay amor, amor por el deporte, por los compañeros, por la familia, por la hermandad, y demás cosas que lo rodeen. El Rugby me hizo recordar que todo se puede lograr siempre y cuando se deposite compromiso, disciplina, dedicación, amor y respeto por lo que se hace y con quién se hace; el Rugby me brindó un espacio donde puedo canalizar energías, donde puedo reflexionar, donde puedo hacer autocrítica, donde puedo cuestionarme, donde puedo medir mis competencias; un espacio donde no tan solo el deporte es la prioridad sino también la sana convivencia, la paz y la armonía en conjunto, un espacio que me enseñó que si un elemento, por más mínimo que sea, se altera, altera el conjunto en su totalidad.

¿Por qué o por quién llegaste al Rugby?

Como muchas cosas en mi vida, el Rugby llegó para dejar huella.

 Antes de incursionar en el Rugby no era amante al deporte, llevaba un estilo de vida bastante sedentario y monótono; al llegar a la Universidad en el 2008 matriculé en primer semestre como deporte formativo “Futsala Femenino”, siendo Carolina López Macías la profesora. En el transcurso de las clases mis compañeras se quejaban por mi “brusquedad” y demás cualidades similares, lo que a mi parecer llevó a que Carolina me invitara a ser parte de un equipo de Rugby femenino que ella entrenaba y que – me contaba – hace poco acababan de llegar de un torneo en Bogotá. El curso se terminó y la propuesta de la profesora desapareció con el pasos de los días; una tarde en la Cafetería de Guaduas vi un volante del equipo pegado en un poste y la idea volvió a revolotear en mi cabeza, siempre llegando a la conclusión de no estar preparada físicamente para un deporte tan exigente como éste,  pero la atracción por ese deporte poco conocido era latente. Le comenté la posibilidad de practicarlo a mis compañeros de clase, a mi hermano y a mi novio en aquel tiempo, siendo la desaprobación el común denominador de sus opiniones, lo cual hizo que tomara con firmeza la decisión de practicarlo, así que llamé al número que estaba en el volante, y la voz de mi ex profesora contestó, le expresé mi deseo de entrenar en su equipo y ella me dio las indicaciones sobre el próximo entreno, como el lugar y la ropa que debía llevar…y desde ese soleado día de Mayo mi vida tomó un nuevo rumbo.

¿Qué sensaciones, pensamientos, sentimientos te produce jugar rugby?

Si algo me ha enseñado el Rugby es a caer, para poder levantarme y seguir avanzando para así lograr mi cometido.

Es un amalgama de estos tres componentes lo que ocurre en mí cuando juego Rugby. Cuando la pelota sale disparada por la patada a mitad de cancha lo primero que siento es una explosión de adrenalina, luego sólo me concentro en obtenerla, si lo logro sólo pienso en avanzar cuanto sea posible, los latidos de mi corazón van en aumento cada vez más, mi temperatura corporal sube en cuestión de poco tiempo, siento la sangre concentrada en mi cabeza, si me caigo, me golpeo, no lo siento, pues sólo estoy pensando en que mi equipo no pierda la posesión de la pelota; luego viene la oportunidad de anotar, me siento “intackleable”, mi mente me repite desesperada: ¡CORRE! ¡CORRE! ¡CORRE!, mis oídos sólo escuchan la respiración entrecortada, no hay tiempo de mirar hacia atrás, así que prefiero pensar que por lo menos hay dos compañeras que me apoyan, una indeseada mano roza mi espalda y siento que me desgarra el alma, mi corazón deja de latir por un segundo y sin saber cómo aumento la velocidad, ahora soy inalcanzable, cruzo la línea in goal y anoto…vuelvo a respirar, a escuchar, a ver a vivir.

¿Qué diferencias encuentras respecto de otros deportes?

Son muchas las diferencias, la verdad es que el Rugby como deporte es uno de los más completos. En el Rugby la pelota no se maneja tan sólo con las manos sino también con los pies, combina velocidad, fuerza y resistencia, son cosas que no ves en todos los deportes, en el Rugby todos y cada uno de los y las jugadoras son fichas claves dentro del equipo, no se relega nadie, ni se subestiman sus capacidades; por otro lado, una característica de este deporte, que no ves en otros, es la camaradería y compañerismo, es tener la decencia y humildad de saludar y agradecer al equipo contrario por el partido jugado, y más aún es tener la sencillez y el deseo de compartir en una reunión con todos los equipos que hicieron parte de una competencia. 

¿Qué alegrías o que tristezas te ha generado el Rugby?

En armoniosa sintonía con el universo.

La alegría más grande que me ha podido regalar el Rugby es el haber conocido y seguir conociendo personas con una alta calidad humana, personas invaluables e irremplazables, que no se limitan al brindar colaboración, apoyo y amor. El saber que en tu equipo siempre habrá alguien con quien compartir algo, es un gran alivio, pues muchas veces hay espacios más cercanos que no te dan esa oportunidad, pero al llegar a un entreno u otra actividad, sino estás bien, como mínimo hay una compañera que lo nota y te brinda su colaboración, puesto que hemos logrado tejer una relación estrecha entre todas y así logramos conocernos con más detalle.

Cuéntanos alguna anécdota significativa del momento en el que te iniciaste en el Rugby.

Recuerdo mucho que no llevaba más de dos semanas entrenando en el equipo cuando se iba a dar inicio al Torneo Farallones 2009; todas las conversaciones pre y post entrenos eran alrededor de esta competencia, yo no opinaba puesto que no tenía conocimientos previos y me imaginaba obviamente que no iba a participar en el torneo, sólo me causaba algo de gracia cuando mis compañeras decían que no me asustara si Carolina me colocaba a jugar, a lo cual yo sólo me limitaba a sonreír y pensaba que no, eso no sucedería. Cuando llegó el día de designar las jugadoras titulares me llevé una gran sorpresa al escuchar pronunciar mi nombre, pues me consideraba demasiado inexperta y miedosa, opiniones que no valieron de a mucho frente a la decisión ya tomada de Carolina, no me restó más que procesar la idea y prepararme para mi debut como rugbier. Ese día por primera y última vez invité a mi familia a la Universidad para que presenciaran mi puesta en escena, la cual no estuvo tan mal, de no haber sido por ese “tackle mortal” de una paisa que me dejo cojeando y la desesperación que sentí cuando le pedí a Carolina un cambio y ella me respondió - ¡no hay cambio, así que se aguanta! El partido ya se va terminar – al final mi día terminó con unos cuantos silbidos y aplausos por parte de los espectadores al verme salir aferrada a la espalda de mi padre con un fuerte dolor en el tobillo (lo que terminó siendo un esguince grado 2) pero con la frente en alto, y sobre todo aún recuerdo a alguna de las chicas preguntándome: ¿Anny vas a volver? A lo que le respondí: ¡Sí!

Annie, estas preguntas siguientes quieren explorar cuáles son las representaciones que tenemos sobre el ser mujeres rugbiers, nuestro cuerpo y la feminidad. Cuéntanos algo al respecto.


¿Qué es ser mujer para ti?

Tener el poder de cambiar el mundo de una forma diferente.

¿Qué es la feminidad?

Es manejar de forma consciente o inconsciente la sensibilidad, la compasión, la persuasión, la convicción, la otredad, la comprensión, el detalle y la decisión.

¿Sientes que tu feminidad se transforma con el Rugby?

Irremediablemente. Es una feminidad que aparenta ser más una masculinidad, pero que en verdad es la esencia del Yo femenino, del poder ser una y dos a la vez, del pensarme como mujer en representaciones netamente masculinas y así poder romper los esquemas machistas de nuestra sociedad.

 ¿Cuál es tu relación con el cuerpo desde que juegas Rugby?

Desde que juego Rugby conozco mucho mejor mi cuerpo, mis proporciones, mis capacidades físicas, también he aprendido a conocer  mi cuerpo en relación con lo que lo rodea. Entre mi cuerpo y yo he tratado de llevar una relación de retroalimentación donde tanto él como yo nos beneficiemos y estemos equilibrados.

¿Es posible que seamos mujeres diferentes a partir de jugar Rugby? ¿Cómo?

En definitiva creo que nos diferenciamos en mucho de las demás mujeres, no somos mujeres convencionales, no pensamos como la mujer común, no tenemos el mismo imaginario, no tenemos el mismo estilo de vida, no nos preocupamos por vanidades como el maquillaje o la ropa que usamos, no seguimos el estereotipo que nos quieren imponer, pues no queremos ser unas súper modelos, así que no nos importa si nuestra piel está marcada por moretones, rasguños y demás. Creo que somos mujeres que desarrollamos de una mejor forma nuestra sensibilidad; somos mujeres con gran sentido de humildad, pues al jugar Rugby el individuo como Yo egoísta, desaparece,  para darle paso al individuo que siempre va a ser parte de un grupo y debe pensarse como tal.

¿Cómo te sientes cuándo compartes con otras mujeres la pasión del Rugby?

Me siento como si conociera una de las más importantes herramientas para disfrutar la vida, y tan sólo mis compañeras y yo tuviéramos plena consciencia de esto.

¿Haz recibido comentarios positivos y/o negativos por jugar Rugby? ¿Cuáles?

Como ya lo comenté anteriormente, al iniciar con el Rugby las opiniones en su mayoría fueron de preocupación, pues en medio del desconocimiento del deporte, la mayoría de mis allegados pensaban que era un deporte demasiado riesgoso para mi integridad física. Con el paso del tiempo los comentarios no han cambiado mucho, y son muy pocas las personas que se emocionan y me adulan al contarles sobre el Rugby, y peor aún después de la lesión, pues por unanimidad todas las opiniones fueron de desaprobación. Ahora son muy pocas las personas que me apoyan, un par de amigos y mi novio actual quizás son los únicos que aunque no están convencidos del todo sobre mi deseo de seguir practicando este deporte, por lo menos no se oponen.

¿Crees que hay fuertes razones para que más mujeres jueguen Rugby? Menciona algunas.

Sólo mencionaré una: si en verdad crees que vale la pena vivir y ser feliz, debes jugar Rugby.


Proyecta el Rugby femenino a 10 años.

A nivel regional por lo menos debe haber como mínimo unos veinticinco equipos femeninos que puedan generar competencia y exigencia entre todos, y así lograr un reconocimiento por el gobierno departamental para que apoye el desarrollo del deporte en la región. En cuanto al plano nacional, por un lado ya deberían estar consolidadas las selecciones oficiales, y por otro, se debería organizar un torneo femenino interregional anual que abarcara todas las modalidades y que contara con el respaldo de las instituciones pertinentes para su buen desarrollo y sostenimiento.


Anny Rodríguez Hernández
Club Máratas Rugby Femenino

Entrevistada por Delirio de Pilar, en nota especial para Emakunde Escribe.

miércoles, 18 de enero de 2012

1RA TRANSMISIÓN

Esto trata simplemente de nostalgia, affidamento y libre circulación de la buena escritura libertaria en trance. Es una amiga la que escribe.. De su pluma vuelvo a un amor profundo que siento por algunas cosas en la vida... Con su pluma me permito deslizarme por las contradicciones de un enero de victoria por allá a mediados del siglo pasado... Aquí hay nostalgia por las distancias, las diferencias y las rebeliones.... hay affidamento en mostrarme gracias a una hermana de la vida... y es de libre circulación para que se emocionen y lloren de alegría... Aquí está la Marciana transmitiendo un pueblo..


Cuba, donde el mundo apenas comienza… y a los mayas, se les pasó.
Abro mis dos puertas. Por una me comunico con la quietud y la calma de la ropa colgada en los alambres que cruzan -de par en par- montones de colores y variedad de formas y cortes, con la otra me comunico con el viento impositivo que entra sin permiso más que el impulso que lleva consigo y que mueve las palmeras reales que acompañan el paisaje de la ciudad.
                                                                               
La Habana, significa pararse en una esquina apuntar con el dedo el lado de la ciudad hacía el que vas para así poder parar y tomar el almendrón, recorrer las calles de casas con columnas al mejor estilo romano, despintadas, de fachadas dejadas-olvidadas, envejecidas por su historia, con gentes vestidas totalmente de blanco que tienen hecho el santo, con hombres de pelo cuadrado y parado en la mitad de sus cabezas, y engominados al mejor estilo de lo que llaman el yonqui; es cruzar la calle mientras miras aquellos grandes carteles que tienen imágenes del Che y de Fidel de las viejas épocas del 59, y que comunican: “Enero de victoria”, pensando en tu mente: “así es… de victoria”. Es caminar por la acera del hotel “Habana Libre” con su bandera cubana colgada y ver los tres cuartos sin vidrios donde se hospedaba Fidel, mientras la gente hace largas filas y pregunta ¿quién es la última persona? todo por una “ensalada” de helado en Coppelia, mientras lentamente aparece ante tus ojos la mar y su malecón. Las mujeres te dicen niña, mija chiquita o muchachita, mientras recibes los rayos del sol y los piropos de los hombres que murmuran o te dicen en voz alta linda o te desean felicidad… y que para nada te disgustan.

Vivir a lo cubano es sinónimo de música en las esquinas de la Habana vieja, de olor a tabaco en todo lugar, de gente fumando sin restricción, de moneda nacional o moneda en divisa, de periodos especiales que han pasado a hacer parte de la memoria colectiva pero que han dejado por resultado personas de una calidad sin igual; de humildad y orgullo. De gente candela. Y de ron habana club en las noches de fin de semana.

Vivir como habanero, no es solo botella de ron, tabaco, habano y chicas por doquier, es vivir de manera sencilla, estableciendo los tiempos, corriendo solo cuando el almendrón llega, o cuando la guagua se va. Es hablar del todo y de la nada, de lo que se tiene y de lo que no, de la política y de lo político. Es escuchar las voces que dicen gracias a Fidel, o los otros que mencionan como ídolo al Che. Vivir a lo cubano, no es comer únicamente “beans and raice” es también comer tortillas, pizzas, pan perro, pan mostaza, pan hambulguesa (jajajaja), es endulzar con dos o tres cucharadas de azuquita el café con chícharo, el té, el yogurt o cualquier tipo de bebida de por si ya bastante endulzada. Significa ser doblemente dulce con la vida y con la bebida.

Es escuchar a las gentes no mencionar la RR de horror, terror o de temor(r), sino que es escucharlas decir amol, Oh pol dios o mielda… (jajajajaja). Es salir a la bodega con la libreta en mano por la ración alimentaria que para casi todos no alcanza, y visitar en la tarde de sábado la plaza de mercado “Cuatro Caminos” para encontrarse con los yerberos y yeberas con formulas mágicas de vida y comprar finalmente una fruta bomba (papaya) a 24 pesos nacionales... es ver un programa en la televisión nacional sobre Colombia y que Gilbert solo repita “Colombia un país de colores y de eterna primavera”, para que en la siguiente semana finalice con: “el segundo país exportador de café” (jajajaja). Y sobretodo, es visitar La Habana vieja y que te digan aquí en “Floridita” tomaba Hemingey, su daiquirí, y aquí en “La bodeguita del medio”, su mojito, y aquí en el hotel “Ambos mundos” tenía su cuarto preferido, y encontrarse con la foto de él y Fidel. Y reír con una mexicana que en vez de decir “órale guey” ahora dice: “órale heminguey” (jajajajajaja…)

Vivir a lo cubano, es bañarse todos los días con agua calentada con ollas en la estufa pese al calor del sol y que la abuela te diga: “niñaaaa agua fría, ni porque estuviéramos en la sierra, ni porque fuéramos una aldea!” (jajajajaja); es que la gente se enteré todos los días de cómo va a estar la temperatura de ese día, y te digan: “hoy entra un frente frío del norte”, y te preguntes pero y el coco, las palmeras, las maraquitas, la playa y el mojito?¿? (jajajajaja); es estar en la ceremonia de los 284 años de la fundación del Universidad de la Habana (tercera universidad fundada en Latinoamérica), y te percates que en el discurso de Eusebio Leal se repita más de 2 o 3 veces la palabra revolución y revolucionarios, no sólo como comúnmente la pensamos, sino en todas sus abyecciones; es creer o no creer en el concejo de las letras de los Obatalás que cada año hacen sus predicciones y que la gente te diga por la calle: “oye cómprate una flor blanca para tu fortuna” y así no creas, te la compres, porque al final, siempre crees; es sencillamente, sentarse en el cuarto de una santera que entra en trance y su espíritu guía le dice todo sobre ti, te presente en medio de descripciones exactas quién es tu espíritu, te diga todo lo de tu pasado y presente, y te haga sentir que la energía se apodera de ti, al punto de que no te puedas mover porque tu cuerpo esta más pesado de lo normal, y vuelvas a creer así sigas diciendo lo contrario.

Vivir a lo habanero, es llegar a casa y comer tarde muy tarde en la noche, arroz con gri, viandas y por supuesto, cerdo; es bañarse con cubetas o totuma porque el agua es reducida; es conectarse piratamente a internet desde donde se pueda y no puedas entrar a youtube o grooveshark para mandar o ver un vídeo o canción que te envían tus seres amados y que amas; es que te paguen tu trabajo con moneda nacional y lo más costoso del mercado esté en moneda de divisa; es explicarle a todo el que llega qué ha pasado con el bloqueo y pedir la liberación de los 5 ante Obama, sabiendo que Florida esta sólo a 90 millas frente al malecón. Vivir en la Habana, es saber que las drogas tienen mucho control, que no encuentras marihuana fácilmente, y que menos, la entras; es ver a los que dicen “freaks” (hippies, emos, punks y alternativos) tocando guitarra en el parque G hasta altas horas de la noche porque no tienen “ni un kilo” para ir a una disco; es ir al teatro a ver una obra que se llama “Retratos de un hombre al desnudo” y encontrarte que es una obra gay con asistentes homosexuales y que en las calles el común los llamen maricones o maricón; es retirarse del partido -en otra época- por ser castigada por ponerle unos implantes de mamas a una persona transexual, queriendo hacer sólo ciencia sin política y darse cuenta que son lo mismo. Es identificar que las mujeres aún no saben bien que es ser feminista y que por más que intentes explicarles, es difícil convencerlas, pero que ellas se queden aterradas con la noticia de que el aborto en Colombia es despenalizado sólo en tres oportunidades y no en toda ocasión.

Vivir a lo cubano, es que siempre tengas presente que tu educación y salud son gratis, y que él no quiera seguir estudiando es porque sencillamente no quiere y no porque no pueda; es saber que la sociedad envejece porque los jóvenes no tienen como proyecto en su vida un bebé y muchos te pregunten si terminas de estudiar -y si eres cubano-, si te quedas o te vas; es decirle al extranjero “yuma” y que le traten de venderte las cosas por encima de su precio real; es reconocer que el cubano habla más de un idioma y que el guajiro es el campesino de la provincia que puede estudiar en la noche o a distancia; es conocer que los orientales, que son los de Santiago de Cuba, por donde entraron Fidel y sus 84 hombres el 31 de diciembre, son los más revolucionarios… es… tener por vecino un gato blanco con negro que te visita por las noches y maúlla y rasguña tus puertas para que le abras… y él pueda escarbar tu basura en búsqueda de algo que le alimente, porque la comida para él o para los perros, es un privilegio; es tener varios maestros y maestros del reguetton que todos los días te ponen al máximo volumen “Los Desiguales” o al “Príncipe” y que tu ya puedas cantar junto a ellos, porque por lo menos te sabes los coros, por más que tengas tu cara de intelectual, de enciclopedia. Es esperar el último álbum de “Los Aldeanos” que cantan contra el régimen socialista y donde uno de los cantantes es uno de los hijos de Silvio Rodríguez y sepas que por más que estén en contra, se rehusaron a hablar de su posición frente a la situación política de Cuba en un programa estadounidense porque sencillamente, “los trapitos sucios se lavan en casa.”

Es decirle a tus amigos: “En Cuba falta todo y no falta nada” porque no tienes nada pero lo tienes todo… es gritar junto a las trompetas de la banda de Raúl Paz, en el teatro Karl Marx: “HABANIZATION!!!”
Mis amados amigos, mis frens, mis panas, mis parceros, mis marklars, mis mañiños, este es un primer intento de cercanía hacía algunas fotografías que he vivivenciado, algunos collages audiovisuales que he y se me han reproducido. Espero que las cosas marchen y que enero se de victoria para cada uno. Que sepan que a cada uno lo quiero por lo que es, ha sido y seguirá siendo en mi vida. Que todo es cuestión de tiempo, paciencia, tranquilidad, sabiduría y por supuesto, humildad. Y sobretodo, que siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre les deseo FELICIDAD.

BESOS AGIGANTADOS PARA VOCE´S Y SUS VOCES…. JAJAJAJAJAJAJA

 Por: Marciana Electroestática


domingo, 15 de enero de 2012

AGRADECIMIENTOS

La vida se llena de simplezas cada instante de brisa en las calles. Yo me siento agradecida, frente a un presente sin sentido y un futuro igual me siento afortunada. La escritura de este amanecer, es intención de gozar de mis privilegios: la bella humanidad que me acompaña. Les permito navegar ahora, por las olas literarias experimentales que abrieron mi proyecto de grado para optar por el título de Licenciada en Historia Feminista, o de Licenciada en Historia como dice el cartón. Corrijo y aclaro mi verdadero título profesional, no tengo otras intenciones. 



AGRADECIMIENTOS                                                  

Mi primer parto.
Portada.
Diseño: Nyb Bummoth
Fotografía: Emakunde Donna
Con esta metáfora del proceso reproductivo femenino, quisiera describir lo que ha significado para mí la elaboración de este trabajo. Estas palabras intentarán agradecer a todas las personas involucradas en este proceso de imaginación, creatividad y producción escrita; las cuales me llenaron de muchas historias, anécdotas, emociones, colores y sobre todo, de mucho ánimo para consolidar mi proyecto.

Esta iniciativa de reconstrucción histórica de la resistencia feminista en Cali incluye en este espacio de escritura libre, una propuesta de visibilización de las feministas que aún no se dan cuenta de que lo son, y no se percatan de la influencia que han tenido sobre mi y mi proceso de construcción como mujer feminista. También están aquí las madres simbólicas, que tengo un montón, y las feministas activistas.

Para la primera mujer que me enseñó de feminismo con su carácter, su corazón y su sensibilidad por el mundo: mi madre, Aura Rosa Acosta Fernández, “Rossy” como le gusta que le digan. A mi madre agradezco todo el amor, todo su sacrificio, toda su vida que me entregó como una de las pistas más importantes en mi camino por los senderos y los cielos feministas. Gracias madre por haber vuelto en el momento justo, en el momento preciso, gracias por salvarme la vida. Gracias por tu particular forma de ser feminista en este mundo.

A mi hermana, Marykler Sandoval Acosta. A “Kler” debo agradecer el haberme cuidado, debo agradecer la forma en que cree en mi, aún cuando piense que mi mundo es una eterna locura. Ella es feminista, no se ha dado cuenta, pero yo pienso que la rebeldía que lleva en su corazón la ha llevado a construir un hogar en el que sus sueños se están cumpliendo, que el amor que la acompaña hace más de 10 años, es el amor que se merece.

A los hombres de mi familia, mi padre Néstor Rafael Sandoval Villa, segunda generación de campesinos migrantes de Soledad, Atlántico; y mi hermano Néstor Enrique Sandoval Acosta, a ellos, les agradezco la compañía, la confianza, la resistencia y el apoyo económico que brindaron en todo momento. A mi padre en especial quiero agradecerle la calma que suele entregarme a diario con su particular forma de ser, y por enseñarme que los sueños, como él con su beisbol, son para toda la vida y te deben hacer feliz. A mi hermano, gracias por la libertad.

A mi abuela, la primera feminista de la familia, Cecilia Fernández, nunca casada, una sola hija, autónoma radical, eso ella me enseñó. A ella agradezco las historias de su vida, otras pistas importantes en esta trocha que a veces suele ser la vida.

Valentina Sandoval Ortiz, mi sobrina. A ella muchos besos y abrazos en la distancia. Gracias por las llamadas cargadas de pura ternura.

La vida nos llena de sorpresas siempre. El encanto del mundo me seduce constantemente y al caer presa de la contemplación deseo perderme en el éxtasis de saberme acompañada de mis amigas. A todas ellas una merecida dedicatoria y un ¡salud! por sus vidas. Quiero agradecerle a Melissa Saavedra Gil por las risas del primer encuentro, por el aguante de todos estos años y por contagiarme de unas ganas de vivir que traspasan todos los muros y las angustias del mundo. Deseo enormemente enviar un abrazo en agradecimiento a Isabel Cristina Giraldo Quijano, quien decidió acompañarme en el desconocido pero emocionante camino del feminismo; a ella debo agradecerle la compañía en los momentos más difíciles durante la escritura de este trabajo y durante los embates del patriarcado en la escritura de la vida. Gracias a Isabel he encontrado mucha tranquilidad para comprender las lógicas ilógicas de las relaciones sociales personales políticas. Espero, Isa, nos sigamos acompañando, aún en la distancia geográfica y política.

Entre las cómplices académicas debo agradecer a Rosa Helena Rodríguez Timaná, mi compañera durante la carrera y con quien compartí los primeros intereses de preguntarme por las mujeres en la historia nacional. Gracias Rosa por permitirme estar a tu lado, agradezco a la vida el juntarnos para conspirar desde el feminismo académico buscando a nuestra madres simbólicas en la historiografía feminista.

Hago un paréntesis mediano para incluir en estas líneas de celebración, a tres masculinidades contra-hegemónicas que me he encontrado en el camino de la historia y el feminismo. Con ellos las cosas no han sido más fáciles, pero si más esperanzadoras. Debo agradecer a Raúl Alfonso Platicón Caicedo, con quien en un inicio soñamos juntas las identidades femeninas afrodescendientes urbanas. Raúl, muchas gracias por acompañarme en la locura fascinante de encontrarnos con las colegas y los colegas latinoamericanos, gracias por escucharme una y otra vez durante el llanto con mi corazón en tus manos, gracias por la escritura experimental del 2003 y gracias por existir y permitirme conocerte en tu humanidad inmensamente sabia, humilde y honesta.

En la senda libertaria anti-autoritaria me encontré en la vida uno de los hombres más importantes para mi. Juan Camilo Pantoja García. Parcero, compañero de locos viajes en la liberación del mundo, de los pueblos, de la vida… a vos te agradezco todas las compañías, los sueños fanzineros, la constante compañía del anarquismo, la libertad inmediata, el fushi rebelde, las locas lecturas, los buenos porros y el intenso cariño y admiración. Salud y anarquía.

Desde el pro-feminismo práctico, encuentro la dicha de la pertenencia al mundo cuando logro conocerme en sinceridad y respeto con Harol Leder Valencia. Compañero, parcero, confidente, escucha incondicional para las encrucijadas de la vida,  la academia y la política. Gracias por los debates, por las compañías, por las ausencias y por ser un polo a tierra en medio de la tormenta. Harol, agradezco al infinito que me cubras siempre con tu razón cada que me quiero escapar de la cordura. Gracias por las compañías libertarias del 2004, gracias por las compañías distantes solidarias en le defensa de nuestra alma mater, gracias por volvernos a encontrar en el feminismo. Gracias por las esquiniadas reflexivas. Osasuná! Cierro el paréntesis.

Ahora quiero abrir el espacio de agradecimientos infinitos a mis amigas feministas, con las que comparto colectivos, conspiraciones, brebajes rebeldes, recetas de amor, lucha y libertad. Las que me enamoran, me llevan y me traen por distintos parajes del conocimiento y la lucha libertaria de las mujeres y los pueblos.  Quiero agradecer a la escritora beauvoiriana Ivonne Maritza Cáceres Villota. Gracias por erradicar los velos, gracias por la compañía, gracias por las iniciativas de alimentar el alma con el conocimiento feminista. A vos  Ivonne agradezco este nuevo lugar en el mundo, gracias por inspirarme y por ofrecer la seguridad y la confianza como los actos más valiosos en nuestra relación como feministas.
 Agradezco a Marcela Velázques Cuartas por estar siempre a  mi lado, por soñar despierta contra la corriente, por demostrarme a diario que otras vidas son posibles en la compañía femenina y por ser ejemplo de compromiso y verraquera. A Marcelita también agradezco las conspiraciones en la morada feminista, en las díadas cósmicas intergalácticas. Con ellas, quiero agradecer a todas las fulanas, menganas y perencejas por recibirme y permitirme soñar en colectivo. Fue alucinante!!!

Ahora, las radicales. A María Cecilia Paz agradezco la fuerza que me motiva a diario. Agradezco la compañía, las palabras, los regaños, los desafíos y cuestionamientos constantes que me llevan a preguntarme por lo innombrable e impertinente del patriarcado capitalista. Gracias por la incondicionalidad, por recibirme siempre con un abrazo y una sonrisa, por estar dispuesta a la libertad y a enseñarme a crecer en ella. Ella sabe que más cosas le agradezco…
A Carolina Narváez Martínez agradezco la confianza, el respeto, el crecimiento. Tu fortaleza me llena a diario para seguir confiada en la larga marcha de la resistencia feminista. Gracias por invitarme y dejarme quedar en tu morada. Gracias por todas las pistas sueltas.
A Yadira Vargas por los recibimientos cariñosos, por confiar en las mujeres y por seguir después de tanto tiempo en la resistencia por los derechos de las mujeres. Con ellas, agradezco a la Red Colombiana de Mujeres por los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos por invitarme al feminismo de la diferencia y radicalizar con amor y respeto nuestros sueños. ¡ABORTO LEGAL PARA NO MORIR!

Quiero agradecer de manera especial a las profesoras feministas que de una u otra forma acompañaron en distintos momentos la escritura del documento y sus encrucijadas mentales. Gracias a la profesora Gabriela Castellanos Llanos por interesarse en mí propuesta, gracias por confiar y por todos los aportes realizados, tanto en la teoría feminista como en el acompañamiento de la escritura y redacción. He aprendido muchísimo. Un enorme abrazo de gratitud a la profesora Olga Lucía Obando. Profesora, a usted debo agradecer demasiadas cosas que no puedo expresar en esta escritura, así que sólo diré que es una alegría enorme para mi el que el universo nos haya puesto en un mismo camino, es una gran pista en el complejo mapa de la vida feminista. Beso.
A la profesora Carmen Lucía Giraldo debo agradecerle su enorme interés en este proyecto, su disposición para la entrevista y el acompañamiento con las revistas. Muchas gracias por confiar. Agradezco la lectura del pre-proyecto a la profesora María Eugenia Ibarra. Hubiera querido encontrarle antes como profesora nombrada en la institucionalidad univalluna, hubiera sido mucho más emocionante compartir mi estancia por la universidad de la mano de académicas tan valientes como usted. A la profesora Nancy Motta agradezco creer durante mi formación en la perspectiva de género feminista y además, la posibilidad de trabajar en el Centro de Estudios de Género, Mujer y Sociedad, un sueño perseguido con mucho cariño y entusiasmo. Gracias también a Judith González por permitirme hacer realidad este sueño….

Quiero ahora hacer un pequeño reconocimiento a las voces que permitieron la construcción de esta historia. Gracias a Blanca Díaz Monís por su disposición para la entrevista. Gracias a Martha Quintero por la entrevista y por facilitar el archivo privado del Grupo Amplio por la Liberación de la Mujer; gracias a Aura María Jaramillo, a quién tuve que aplicar dos veces el instrumento por un boicot de la tecnología; gracias a Sandra Erika Gómez quien sacó un tiempo en medio de sus múltiples ocupaciones; gracias a María Teresa Arizabaleta por el sentimiento de su relato, gracias a Flor Alba Trujillo y todos los obsequios que me compartió en su apartamento; y gracias a Ana Isabel Arenas por su maravillosa entrevista, por su fascinación sobre el proyecto y por recibirme con tanto cariño en su casa en Bogotá en una visita un poco improvisada. Gracias también a las que no quisieron y/o no pudieron brindarme la entrevista.

En el mundo he conocido directa e indirectamente a muchas mujeres que me han formado en este corto pero importante camino de construcción de mi sujeta mujer feminista. También he vivido experiencias de la vida cotidiana que me llevan a la reflexión constante. Por eso ahora quiero pasar rápidamente, con una escritura experimental, por aquellas mujeres y situaciones que me construyen cotidiana y constantemente: gracias al barrio, a Simone, a Luna, a Lagarde, a Zetkin, a las amigas feministas de otras ciudades y países, gracias a mis amigas del colegio por su compañerismo, gracias a los parceros del barrio por las locuras de la calle, gracias al fushi de domingo choladesco por la calle quinta de Cali, gracias por las jornadas libertarias, por los eventos del Partido, gracias al Deportivo Cali y a la barra el Frente Radical Verdiblanco, escenario donde me reconcilio con lo masculino que me habita; gracias a las bibliotecas de la ciudad, a Pinkola, a la Hagen, a la Andrea, a la Puello, a las chikas de las lomas de Bogotá, a Lila, a Storni, a Pizarnik, a Ramona, a las voces insurgentes de las sufragistas de principio de siglo, a los fanzines anarquistas, a los viajes improvisados a la playa, a la montaña, a la selva, a Lacandona, gracias el helado de maní de la vuelta de mi casa, gracias a todos los amores: Yui, Tavo, Cami, Pepa, Lina, Emiliano Camilo…..

Gracias a univalle por la chispa, gracias a banderas, a las momias, a mis amigos y amigas artistas, gracias a todos los camilos, gracias a la protesta estudiantil, gracias a los maos, al marxismo, gracias a la central y sus alimentos, gracias a mi equipo de rugby, gracias al kung-fu y al microfútbol, al beisbol, gracias a la natación. Gracias a las audiciones, a los plantones, a las marchas. Gracias a las ollas comunitarias y al sindicato. Gracias a las patchankas zudakas, gracias a la escritura libre de los sueños fanzineros facinerosos, gracias a las féminas.

Quiero agradecer a todas las personas, todas las situaciones y espacios-tiempos que he conocido y atravesado a mis 24 años de edad. Me siento dichosa con lo que he hecho, construido y ofrecido al mundo.

Que vivan las mujeres!!!

 Pd: después de la escritura de este trabajo, el Sindicato de Ideas Feministas me ha concedido una licencia de un par de años para recuperarme. Nos vemos cuando nos veamos.