domingo, 31 de marzo de 2013

Soy 3.0

Hoy me di cuenta que faltan tan solo tres años para cumplir 30. Una edad que nos venden como díficil. Sin embargo, advertí que tengo una mentalidad de 15, aún alegre, aún esperanzada. Y que mi edad, solo se refleja en las arrugas que marcan mi rostro. Líneas y grietas que solo me recuerdan todo lo que he reído, todo lo que he llorado. Todas las monerías que me han acompañado en estos próximos 27 años de recorrer la vida saltando los charcos y cavando las trincheras. Arrugas que se convierten en símbolo de la dignidad, que ahora las aclamo para pensar en que la vida de mujer está llena de aventuras. Que mi corta vida de feminista ha sido agitada, controvertida y, hasta cierto punto, excesivamente crítica.

Pero a casi tres años de saberme adulta, biologicamente hablando, vienen a mi los recuerdos y las reflexiones sobre una experiencia infante, aún adolescente, que lleva a perderme en recuerdos cómicos, en alegres flash-back que me recuerdan que he vivo como he querido, con la intensidad de quien no espera que la vida le pase re-transmitida, sino que se sambuye en el mar de alegrías y contradictorias melancolías que nos mueven como olas a la orilla de, siempre, renovadas aventuras.

Hoy cuando soy consciente de mi edad, y vuelven las anecdotas de las mujeres que atravesaron el umbral de los 30, puedo decir que estoy tranquila, satisfecha. Que aún estan en dudas las responsabilidades de la adultez, que aún están en duda la maternidad, la compañía permanente, los trajes formales y los horarios de oficina. Aún estan en dudas los tacones y los peinados, aún estan en dudas las visitas familiares y aún estan en dudas los proyectos comunes y corrientes.

Siento que aún queda mucho por gritar, por correr, aún queda mucho por lo cual escapar, explorar. Me siento ahora, en un cuarto frío en la puerta de los andes donde alimento mi alma y mi intelecto, y pienso: sigo siendo libre.

Mi mundo sigue estando felizmente al revés, sigo nadando contra la corriente y las pistas de las madres simbólicas me siguen guiando. Sigo desordenándo mi cosmos y él me responde sabiamente. Sigo atendiendo los señuelos en mi misma. Soy.